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Dani Alves y Fátima Ofkir. Por Ferrán Pujol Querol

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Cayó como una bomba la noticia de la absolución de Dani Alves, generando sentimientos como de indefensión, demostrando una vez más que una cosa es la ley y otra bien diferente es la justicia, sin olvidar una de las grandes mentiras en las que se basa nuestra sociedad, como es el decir que todos los españoles somos iguales ante la ley, esta premisa seria cierta si todos los españoles tuviéramos unos abogados como Inés Guardiola o Daniel Vosseler.

Como historiador de temas actuales, todo lo paso por la lupa de la mayéutica y por culpa de Sócrates, -no el que jugaba con Zico o Falcao-, debo ser tonto de remate, porque donde muchos ven afirmaciones y pretextos para afianzar ideales artificiales, yo solo veo preguntas y dudas. El pensamiento crítico para mi es una religión, prefiero vivir en una duda constante que no en una falsa realidad.

Los actos de acoso y violaciones siempre los asocio con una solución basada con unas tijeras de podar oxidadas, pero la noche, no es un lugar para lanzar estupideces como “quiero llegar a casa sola y borracha”. En la oscuridad se esconde lo peor que uno pueda imaginar. La noche son 365 carnavales que hay al año en que la gente se desenfrena merced de la máscara que te otorga la nocturnidad.

A Dani Alves, el alcalde Collboni le ha hecho un favor al crear otro enésimo cargo de dudosa credibilidad y serosidad como es la figura del “Alcalde de Noche”, se ve que cuando se pone el sol en Barcelona surgen criaturas del inframundo y para gestionar el problema se necesita un alcalde a lo Van Helsing que hable arameo o alguna lengua perdida para que estos seres que toman nuestra ciudad en el amanecer regresen a sus catacumbas.

Después del mediático caso de Alves, tuvimos la grata noticia de la vuelta de Fátima Ofkir Reyes, la joven catalana que con 18 años no tuvo idea más descerebrada que caer ante la tentación de hacer de mula y traer desde Omán unos cuantos kilos de estupefacientes. Pero Fátima en toda esta historia sería una actriz secundaria, porque ella ha pasado siete largos años en una penitenciaria, pero a ese tiempo hay que multiplicarlo por diez, que es el equivalente a los setenta años que habrá sufrido Rosario, la madre de Fátima, una autentica madre coraje.

La vuelta de Fátima no hubiera sido posible sin un abogado como Daniel Vosseler, una rara avis dentro de la Barcelona actual. Daniel, en una sociedad normal, a estas horas sería el alcalde de Barcelona desde hace años, pero como digo siempre, no interesan hombres en la política, solo se aceptan marionetas, y Daniel es todo un triunfador con un gabinete muy solicitado gracias a que lleva años picando piedra. Vosseler da miedo a los partidos políticos, habitados en su mayoría por remoras que nunca han dado un palo al agua más allá de las oficinas del partido. Es una vergüenza que más de la mitad de nuestros políticos a Daniel no le servirían ni para ser el chico de las fotocopias en su despacho.

Vosseler para Barcelona será lo que Hugo Sánchez nunca fue en el Barça, y de ello los que ya tenemos años recordamos como nos arrepentíamos por no haberlo fichado, y que conste que dudo que haya un jugador que vistiendo la camiseta blaugrana demostrara más profesionalidad y humildad que Steve Archibald. Si con un pedazo jugador como Archigol, a quién la suerte no le acompañó del todo en Barcelona, suspirábamos con Hugo Sánchez, que no haremos al ver a tanta merma política y a Vosseler que sigua triunfando laboralmente.

Steve Archibald en el incidente en que Dani Alves se comió el plátano que le lanzaron en la “Cerámica”, quiso traer al hijo de Martin Luther King, el abogado Martin Luther King III para luchar contra el racismo en el futbol, como ya lo había hecho en el Reino Unido.

Faltan referentes como yo los tuve de adolescente como Archibald y personalidades como Vosseler o Tatxo Benet, de quien escribí la semana pasada, hombres que ante todo son pura sangre, sea de la ideología que sean. En los 125 años de historia del Barça hay una oreja, y esa es la de nuestro escocés, Steve Archibald.

Quiero acentuar la espontaneidad y madurez de Dani Alves en la acción del plátano, ahí vimos a la auténtica persona que es, si esto le llega a suceder este año a otro jugador brasileño, el no ganador del Balón de Oro, fijo que se monta una reunión de urgencia de la ONU y como mínimo Villareal hubiera recibido un bombardeo preventivo de la OTAN.

Pero no olvidemos a Inés Guardiola, ella ha hecho prevalecer un derecho que para mí es muy importante en la sociedad española, que pocas veces se usa y su ausencia es lo que en gran parte nos distancia de Europa. Los españoles, como pseudo tercermundistas que somos, le damos más credibilidad a una acusación que a una defensa, ¿o no recordamos los tiempos en que era deporte nacional colgar Sambenitos?, de esto no hace mucho. España es un gran país, pero con gente diminuta, y ya lo dice el refrán: pueblo chico infierno grande.

Que fácil era hasta no hace mucho acusar a cualquiera de lo más lisérgico que te se pudiera pasar por la cabeza y ya sería trabajo tuyo demostrar que todo aquello era falso y que las pruebas eran simples patrañas orquestadas o ideadas por oscuros caprichos.

Inés Guardiola ha derribado durante un tiempo del cual no sabemos cuándo durará, la barrera que separaba la mentalidad penal del primer mundo de las brumas hereditarias de la Inquisición que todavía conviven en el sistema judicial español.

Las leyes no están para usarlas al antojo de uno, y con ello no confundamos los delitos con denuncias pueriles que por culpa de ellas tenemos el sistema judicial saturado. Los juzgados no pueden ser el “comodín del público” de una sociedad que cuando uno mete la pata en algo, pretende salir de rositas no solo evadiendo su responsabilidad, también queriendo victimizar sus actos.

La culpa en parte la tiene nuestro estercolero político, da asco como en España cuando pillas a un político con las manos en la masa todavía se muestra como perseguido y ofendido. No es de extrañar que los españoles hayamos aprendido la lección de utilizar e interpretar la ley a nuestro antojo e interés. La ley queda bien retratada en el Apocalipsis, más ahora que es promulgada a decretazo y no es otra cosa que la gran Ramera de Babilonia, y suerte que tenemos buenos sacerdotes vestidos con togas que saben ganar con justicia a la ley.

Fijaros como la ley, en vez de generar una tranquilidad social porque supuestamente vives en un estado de derecho donde no existen los linchamientos, vemos que ocasiona todo lo contrario, como es atacar despiadadamente a quien sea si la oportunidad lo permite, y con ello las redes sociales tienen mucha culpa porque cualquier imbécil con una cámara y conexión a la red ya se cree todo poderoso.

Que conste que Dani Alves no es un tipo que con la imagen que se desprende de él sea de mi agrado. Fijaros que he escrito, “su imagen”, Dani Alves me cae gordo por cómo es presentado por terceros en los medios, que a diferencia de los influencers, para nada controla su entorno ni imagen, por lo que podemos estar seguros de que los influencers son potencialmente mucho más desagradables y superficiales de lo que podría ser Alves. La gente prejuzgó a Alves por una percepción maquinada y orquestada que ya se tenía de él desde hace tiempo, porque los clubs intentan endiosar a los jugadores para que tengan más valor mercantil, ahora solo interesa vender camisetas, atrás quedaron los últimos verdaderos futbolistas de la vieja escuela como Oleguer o Puyol.

¡Ya me gustaría ver un influencer en la acción del plátano!

Dani y Fátima tienen mucho en común, son personas que desde niños han vivido tanto la presión como la notoriedad sin que nadie les enseñara como afrontar la realidad que les tocó vivir. Lo de Alves lo vemos diariamente en el futbol, y todos sabemos que el mejor musculo en un terreno de juego es el cerebro.

Sobre Fátima Ofkir, no sé si primero le daría un abrazo bien fuerte o una cachetada. Fácil sería juzgar a Fátima, irse a Omán por un trapicheo de siete kilos de morfina da para que quienes te aprecien quisieran darte unas cuantas collejas, pero esa rabia se disuelve en amor y lágrimas cuando te tienen enfrente después de siete interminables años. Fátima, te hablo como si lo hiciera a mi hija abrazándola y llorando después de tantos años sin poder gozar de su presencia.

Eres una víctima cuando desde niña te eligieron Presidenta del “Consell Nacional de l’ Infància i Adolescència de Catalunya” y no te prepararon para tal cargo, y el único mérito para ostentarlo era tu carisma, pero eso sí, el Molt Honorable President Artur Mas quedaba muy bien en la foto contigo y muchos más niños. La primera vez que supe de ti pensé que eras una pedazo cabrona porque rodeada de infantes fuiste a sacar un dinero fácil con el gran cáncer de la juventud, como es la droga. Pero después ves que con tanto cargo se te infló la personalidad y no eras más que un gigante con pies de barro. No te se enseñó eso de que un poder conlleva mucha responsabilidad y caíste en el pozo de la altivez con la que viven los políticos, en que piensan que están por encima del bien y del mal.

El cargo que te dieron fue un caramelo envenenado y desde la misma administración se tendrían que prohibir estas actividades como son el “Consell Nacional de l’ Infància i Adolescència de Catalunya”, que solo son un lavado de imagen para los políticos. El Estado ha de procurar que los niños tengan una buena educación. Es muy miserable que se instrumentalice políticamente a los niños. Un Molt Honorable o un Conseller han de olvidar hacer política con los niños y solo deben procurar que las escuelas catalanas estén a rebosar de profesoras como Pepa Vidal, tu gran amiga que fue tu profesora en la ESO.

Cualquier psicólogo infantil observando en el jardín en que te metieron siendo una niña tan inquieta, hubiera visto que eras una bomba de relojería. Te ha pasado lo mismo que a las niñas gimnastas de los países comunistas, te se fundió un fusible como a tantas les ha pasado por la presión de una sobreexposición o esfuerzo al que no estabais preparadas.

Fátima, sé que leerás estas líneas porque Daniel Vosseler te hará llegar el artículo. Creo que lo mejor que podrías hacer ahora es buscar en ti misma, no hagas lo que deseabas hacer cuando estabas encerrada, busca ahora lo que verdaderamente necesitas, es por ello que te recomiendo que conozcas a Pedro Burruezo.

Los dos documentales de José López Pérez sobre Pedro son la mejor carta de presentación para conocer a un personaje fascinante que vive entre nosotros.


Nada es casualidad cuando en mi último artículo hacia un juego de palabras con el Sufismo, y decía que yo soy sofista, persona que le gusta dormir en el sofá. Por ello ten claro que gracias a Vosseler y su equipo ahora puedes volver a andar por la orilla dentro del agua en que las olas acarician tus rodillas viendo pececillos y pisando firme con tus pies en la arena. Pero piensa que hay muchos más tiburones acechándote que cuando tenías 18 años.

Te felicito porque quieres estudiar derecho, pero tu necesitas un tiempo sabático, que tu cuerpo estuviera encerrado no significa que tu cabeza viajaba a multitud de lugares, y recuerda que te captaron por una debilidad emocional como la que todos tenemos. El cuerpo y el intelecto no son nada si emocionalmente no estás bien, y eso un psicólogo no lo arregla del todo.

Fátima, solo piensa una cosa, si en mi artículo has visto como Vosseler para mi es un Robin Hood y un referente, hace años que lo conozco, ahora toca Pedro Burruezo, a los dos los tengo en el mismo pedestal, porque al fin y al cabo tanto Daniel como Pedro, aunque provienen de mundos y experiencias muy distantes, comparten la misma isotopía, y no es otra que la de ser grandes personas y ejemplares, de las que te sientes orgullo de haber conocido y ser amigo.

No nos acerquemos más al borde del abismo que genera la sobreexposición de uno mismo. Barcelona no es Gotham City, no pretendamos que los abogados a toda hora cambien sus togas por capas, dejemos que Batman siga en Barcelona solo en la obra de Mark Waid y Diego Olmos.

Me despido con una canción desgarradora, porque todavía no hay un Vosseler o Inés Guardiola que hayan encontrado la cura del SIDA. Ricky Martin la publicó en 1998, dos años después del fallecimiento por SIDA de su compositor, Renato Russo, con su legendaria banda brasileña, Legiao Urbana, y debido a su enfermedad no pudo promocionar esta obra maestra que es un himno a la vida y a la aceptación del destino, pero que no te impide luchar para cambiarlo.

Ferrán Pujol i Querol

 

 

 

 

 

 

 

 

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